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| Doctora Martha Pilonietta |
Al cumplir el periodo ordinario de cuatro años
de alcaldes, observamos que de manera general
las ciudades afrontan el problema de la movilización de
personas y vehículos, optando por medidas de regulación como el llamado “pico y
placa” el cual se ha extendido de tal manera que restringe hasta en un 50% la circulación
de automóviles particulares entre semana. Esto, lo que en un desarrollo normal
o planificado, serviría para estimular la alternativa del transporte masivo, no
ha tenido los efectos esperados, traduciéndose en el incremento del parque
automotor de las ciudades y convirtiéndose
en un paleativo que simplemente ha servido como solución de paso, con la
pretendida justificación de una acción futura, que con vías de comunicación
suficientes y adecuadas, le devuelva a los ciudadanos el libre ejercicio de
transitar o de movilizarse oportuna y eficientemente.
Ibagué, no es ajena a los problemas estructurales
de las ciudades, sin embargo, la alternativa no ha sido el recurrir al Pico y
Placa como única solución. En los últimos meses hemos implementado una serie de
estrategias que de manera complementaria con la recuperación y adecuación de
calles y avenidas, ha mejorado, sustancialmente el transporte en la ciudad. Las
campañas constantes como las de sensibilización “Peatón somos todos”, los operativos contra el
transporte ilegal, “Ibagué se mueve, muévete con nosotros por Ibagué”, las
disposición del contra -flujo en horas tope, la racionalización de las rutas de
buses y busetas, Yo respeto
la Vía, Unidos por una misma Ruta, Ángeles en la Vía, Campañas
de concientización vial para conductores y peatones, la mejoría en los sistemas
de semaforización, han contribuido de manera sustancial para integrar los
factores que intervienen en la movilidad ampliado el espectro de acción y
contribuyendo con soluciones integrales que permitan una proyección de ciudad más
amble y en movimiento.
